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Os doy la bienvenida a mi blog personal que, aunque ha sido creado para la asignatura de DDIC y Ed. Especial, integro varias reflexiones relacionadas con el complicado mundo de la Educación.

jueves, 26 de noviembre de 2009

ALARMA EN LAS AULAS

El otro día estuvimos comentando en clase un caso concreto de "violencia" escolar que tuvo lugar en un instituto de Melilla. Supimos la noticia de primera mano, puesto que fue la propia agredida la que nos lo contó. Ella pretende no darle más importancia al suceso, ni mucho menos que se comunique a los medios, pero ¿es realmente esa la solución adecuada?

Empecemos analizando cómo sucedió el hecho: un alumno, de los nuevos programas de PCPI, tras haber tenido ya anteriormente (debido a su comportamiento) algún roce con la maestra del aula, la empujó y tiró al suelo porque ésta última intentó extraerle el móvil, ya que impedía y dificultaba el desarrollo normal de la clase. En ningún momento el sujeto manifestó signos de arrepentimiento, sino que, por el contrario, continuó insultándola cuando lo sacaban del instituto. Tras ocurrir esto, ¿cuál ha sido la respuesta por parte del centro? Parece ser que ha recibido todo el apoyo del equipo directivo; de hecho, el alumno será trasladado a otro centro. La maestra agredida se niega a denunciar, únicamente pretende seguir y avanzar con sus clases, ahora de forma más relajada. Y la psicopedagoga del instituto, ¿qué medidas ha tomado al respecto? NINGUNA. Sí es verdad que se ofreció, pero ese no es el modo adecuado de actuar. ¿Cuál es la función del orientador en un caso como este? Si no hubiera conocido el caso tan de cerca, y mi función fuera únicamente profesional, habría actuado de la siguiente manera:
- Antes de expulsar al alumno del centro hubiera sido más adecuado analizar las causas que hacen que ese sujeto se comporte de tal manera: entrevista personal con él y, posteriormente, con sus padres; si fuera necesario, preguntar a los compañeros determinados temas que el niño se hubiera negado a contestar; revisar todo su expediente académico, desde la primaria hasta la actualidad; debatir con el profesorado que le haya dado clase sobre si es oportuno o no mandarlo a otro instituto (el problema no se acaba, sino que se manda a otro lado).
- Hablar con la maestra agredida sobre diferentes temas: qué signos de violencia veía en el niño desde el primer día de clase; qué le aconsejaría al siguiente que lo tenga como alumno; qué otros sujetos del aula cree que actuarán de la misma manera en un futuro (para prevenir). Es decir, charlar, no sobre lo ocurrido (no se trata de un interrogatorio), sino de cómo se sintió ella, de ayudarla a que siga desarrollando su trabajo con total normalidad. Trataría también de convencerla de que se vaya por la vía judicial y de que el caso saliera en los medios de comunicación. ¿Por qué esto último? Porque es la única forma de que nos hagamos conscientes de la realidad, es el único modo de que haya mayor protección por parte de los cuerpos de seguridad.
- No basta con el guardia de seguridad que tienen en la puerta del instituto, esa medida ya la tienen prácticamente todos los centros de secundaria de la ciudad. El instituto del que estamos hablando es el más conflictivo de Melilla, ¿es lógico estar en igualdad de seguridad que el resto? NO. Vigilancia policial es lo que haría falta, ya que no sólo pasan actos de violencia en el interior, sino también en los alrededores.
Todas estas medidas, como ya he señalado, son las que llevaría a cabo como psicopedagoga, pero la realidad, vista desde la perspectiva de la agredida, es muy diferente. ¿El hecho de conocer los "problemas" que invaden a dicho sujeto justificarían su comportamiento desde principio de curso y el acto que ocurrió esa tarde? Cambiar al alumno del centro no es la mejor idea, seguramente, pero, ¿cómo se va a sentir esta maestra cuando se lo cruce por los pasillos? ¿Seguir aguantando burlas es el remedio? ¿Serviría de algo denunciar? No, ya que se trata de un menor y, tal y como está la ley en la actualidad, no le pasaría nada. ¿Para qué salir en los medios de comunicación? Para aguantar comentarios de otros/as, para provocar al alumno, para que las cosas sigan igual. ¿Creéis que va a ver una patrulla policial durante las horas que esté abierto el centro? Lo dudo.
En definitiva, no hay un libro escrito que nos diga que es lo que tenemos que hacer en cada caso, ni tampoco que nos asegure que lo que hacemos es lo adecuado, por lo que siempre el psicopedagogo tendrá dudas sobre cómo actuar. Lo que sí está claro que no hay que hacer es precisamente como han reaccionado las orientadoras de aquel centro.
OS DEJO AQUÍ UN ENLACE A UN VÍDEO SOBRE LA VIOLENCIA EN LAS AULAS, DONDE VARIOS EXPERTOS, TANTO PSICÓLOGOS COMO PROFESORES, DAN SU OPINIÓN ACERCA DE LO QUE ESTÁ OCURRIENDO HOY DÍA EN LOS CENTROS EDUCATIVOS. ¡ ES BASTANTE INTERESANTE !

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